Uno de los temas más importantes en la historia de la filosofía y cuyas consecuencias permiten comprender el nacimiento del pensamiento moderno es el llamado problema de los «universales» que inició Boecio a partir de su traducción de una obra aristotélica.
En líneas generales, el problema consiste en determinar si poseen existencia real ideas como «hombre» o «animal» o si únicamente poseen una existencia pensada, es decir, se trata de determinar si los universales pueden considerarse como una «substancia» separada de las cosas o sólo unidos a ella.
El problema de los universales dará lugar al llamado «nominalismo», es decir, considerar que lo general sería una imagen subjetiva sin nada real a lo que haga referencia. Sin embargo, esta opción tampoco sería validi porque no tiene sentido un «concepto» que no haga referencia a algo, a alguna cosa (habrá que esperar a Frege para introducir la distinción entre sentido y referencia pero eso es otro tema).
La conclusión de Boecio sería que los universales existen pero «en» las cosas sensibles. Pensar las consecuencias de esta afirmación y abordar la importancia de la «abstracción» y las implicaciones para una correcta interpretación de lo que podemos percibir y conocer es una invitación que se desprende del problema de los universales.
En líneas generales, el problema consiste en determinar si poseen existencia real ideas como «hombre» o «animal» o si únicamente poseen una existencia pensada, es decir, se trata de determinar si los universales pueden considerarse como una «substancia» separada de las cosas o sólo unidos a ella.
El problema de los universales dará lugar al llamado «nominalismo», es decir, considerar que lo general sería una imagen subjetiva sin nada real a lo que haga referencia. Sin embargo, esta opción tampoco sería validi porque no tiene sentido un «concepto» que no haga referencia a algo, a alguna cosa (habrá que esperar a Frege para introducir la distinción entre sentido y referencia pero eso es otro tema).
La conclusión de Boecio sería que los universales existen pero «en» las cosas sensibles. Pensar las consecuencias de esta afirmación y abordar la importancia de la «abstracción» y las implicaciones para una correcta interpretación de lo que podemos percibir y conocer es una invitación que se desprende del problema de los universales.