Filosofía y diálogo

Si hay algo en lo que están de acuerdo la mayoría de pensadores actuales, es en la importancia de la intersubjetividad y el diálogo como elementos fundamentales para la filosofía. Dejando a un lado el asunto de las etimologías, es clara la relación entre diálogo y alteridad. El pensamiento solitario, más bien, solipsista, tiende a absorberlo todo en la mismidad de un monólogo que termina siendo no más que una tautología.

Si bien esto está más o menos claro en el actual contexto filosófico, no deja de sorprender el hecho de que forma y contenido estén tan mal avenidos en las actuales publicaciones de filosofía. No se puede reivindicar la importancia del diálogo mediante monólogos de 300 páginas en los que lo más parecido a un diálogo que podemos encontrar es la respuesta a objeciones planteadas por el mismo autor. ¡Basta ya!

Ya sé que en el circuito filosófico hay seminarios, congresos, etc., pero también sé cuán poco auténtico diálogo se da en esos foros. Si debe haber un verdadero cambio de paradigma filosófico, este debe ser el que ponga el diálogo como elemento formal de la producción filosófica. A este fin responde la creación de este foro.

El diálogo era uno de los Géneros por excelencia del Renacimiento y cuya larga tradición se remonta a la obra de Platón. Será precisamente en los albores de la mal llamada «modernidad» cuando Montaigne inicie el solipsismo moderno al inaugurar el Ensayo como un nuevo género que terminaría por destruir el diálogo si no fuera por la genialidad de Cervantes al potenciar a través de su novela el diálogo como uno de los rasgos esenciales de su maestría.
La tradición estoica (Séneca) y el humanismo ya mencionado tenían en el diálogo a un aliado perfecto para poder abordar múltiples temas y los Coloquios (Erasmo o Vives) eran formas usuales de expresión, de hecho, Ramón Llull en la Edad Media también fue consciente de la necesidad de cultivar el diálogo como la forma más idónea para poder pensar.
Si queremos recuperar el humanismo una buena manera sería la de rescatar el diálogo como instrumento de comunicación y verdadero pensamiento.