Bien, pues este primer post me gustaría dedicarlo a analizar el problema que plantea el hecho religioso en su pluralidad de manifestaciones. En efecto, los fenomenólogos de la religión, en su empeño por comprender los rasgos esenciales de las religiones, han llegado a plantear serios problemas en torno a la pretensión de verdad de cada una de ellas.
Admitiendo la definición de religión que da Velasco, esta consistiría principalmente en la relación que se establece entre el hombre y el misterio (él suele escribir este término con «M» mayúscula) presente en el núcleo de todas las religiones.
Sin embargo, la pregunta que se plantea es si este misterio, caracterizado como presencia activa trascendente e inmanente a y en todo, es sólo una abstracción de un anhelo antropológico o se puede decir que este misterio actúa efectivamente en todas las religiones, o sea, se trata de una presencia real en ellas.
Admitiendo la definición de religión que da Velasco, esta consistiría principalmente en la relación que se establece entre el hombre y el misterio (él suele escribir este término con «M» mayúscula) presente en el núcleo de todas las religiones.
Sin embargo, la pregunta que se plantea es si este misterio, caracterizado como presencia activa trascendente e inmanente a y en todo, es sólo una abstracción de un anhelo antropológico o se puede decir que este misterio actúa efectivamente en todas las religiones, o sea, se trata de una presencia real en ellas.